Podría escribir durante horas y horas todo lo que siento, el dolor, la felicidad, las ganas de gritar, de llorar, de no volver a sonreír en mi vida, de huir...
Como se pueden necesitar y odiar al mismo tiempo a las personas, tener la necesidad de abrazarlas y estar con ellas y al mismo tiempo querer alejarlas de tí. Esas veces en la que parece que todo es perfecto con esa persona, momentos en los que llegas a ser feliz, para que luego te pases la noche entera llorando porque nada es lo que parece, porque descubres que solo fuiste un capricho durante ese día para esa persona, y ¿luego qué?, ¿solo quedarte llorando mientras recuerdas esos momentos? No, no vale la pena, no hagas lo que hice yo. Pero claro, ¿luego que pasa? que recaes una y otra vez, porque sabes que con esa persona puedes olvidar todos lo problemas y tu tristeza se evapora, y, con solo mirarla parece que para ti, solo existe él.
Y, créeme, me resulta imposible escribir esto sin llorar... ahora mismo, todo me parece imposible.
Y, ¿por qué?...
Pues, porque le quiero.

No hay comentarios:
Publicar un comentario