No importa, a nadie le importa, bueno sí, a mí. Mierda, otra vez no, no puede ser. Tantas noches sin dormir, tantos momentos incómodamente increíbles, esas miradas en las que no hacía falta decir nada, es más, las palabras sobraban, la cercanía, las sonrisas, esas mentiras que en realidad eran verdad, todo aquello que formaba parte de nosotros.
Y ahora pienso y aún me sigo preguntando el por qué de todo esto, de que ya no sea como antes, de que ya haya acabado, sí, y aún sigo en las nubes, mierda.

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